miércoles, 19 de mayo de 2010
EMBARAZOS NO DESEADOS
Con frecuencia muchas mujeres quedan embarazadas de un modo imprevisto. Algunas de ellas son muy jóvenes, adolescentes o incluso preadolescentes. Otras son estudiantes universitarias o jóvenes solteras. Otras son mujeres casadas que no esperaban iniciar el embarazo, porque así lo habían planeado ellas o porque el esposo había “decidido” que no debería nacer un hijo sin su permiso.En estas situaciones, muchas mujeres optan por el aborto. Esta opción puede ser tomada por la mujer sola, como algo decidido de modo autónomo. También puede ser tomada por presión del padre de la nueva creatura, padre que a veces es un simple amigo, o el novio, o el esposo. Otras veces, en los casos de chicas más jóvenes, son los padres de ella (a veces los padres de él) los que presionan para eliminar, cuanto antes, el “problema”.Es necesario, por lo tanto, afrontar una situación que toca tantas vidas humanas. El punto de partida de estas reflexiones es un dato biológico: todo embarazo inicia a partir de la aparición, en el seno de una mujer, de una nueva vida humana. Esta vida se origina gracias a la unión de un óvulo y de un espermatozoide como resultado de una relación sexual entre un hombre y una mujer.Habrá quien piense que este dato es de dominio universal, pero existen todavía personas que no conocen a fondo el mecanismo reproductivo ni los ciclos de fertilidad femeninos. No hemos de pensar que este desconocimiento se da sólo en países menos desarrollados. En algunos centros de asistencia a madres solteras en países considerados avanzados se descubren casos de chicas que no tenían una idea clara de su fertilidad ni de cuál era el “riesgo” de empezar un embarazo a partir de una relación sexual concreta.Este dato inicial suele ser enseñado a los adolescentes (a veces también a los niños) en muchos programas de educación sexual. Se intenta hacer conocer a los alumnos, especialmente a las adolescentes, el ciclo de su sistema reproductivo. En general, muchos de esos programas están desprovistos de valoraciones éticas, y se limitan a consejos de tipo sanitario (cómo evitar las enfermedades de transmisión sexual, ETS) o de tipo contraceptivo (cómo evitar un embarazo no deseado). Esta carencia de un horizonte ético está acompañada, en algunos programas, con la idea (muchas veces errónea) de que los adolescentes y los jóvenes serían incapaces de vivir sin relaciones sexuales, sin promiscuidad, por lo que lo más importante sería evitar “daños colaterales” a la propia salud (las ETS) o a la autonomía personal (todo embarazo implica el inicio de una vida que pide ayuda y que interpela, especialmente a la madre, pero también al padre).El segundo dato es de tipo antropológico: el embrión que es concebido en una mujer es una nueva vida humana, es un nuevo individuo que necesita ser acogido, amado, ayudado en el camino de su existencia. A pesar de esta verdad, nacen un sinfín de problemas por el hecho de que ese embrión, en muchos de estos embarazos imprevistos, no es deseado, no es amado, no estaba “previsto” en el horizonte vital de la mujer convertida en madre, del hombre convertido en padre, o de otras personas (familiares, amigos, compañeros o jefes de trabajo) relacionados con la mujer que inicia el embarazo.Una pareja (joven o adulta, unida en matrimonio o sin ningún vínculo estable) que decide tener relaciones sexuales, sabe que puede originarse esa nueva vida. A veces se la excluye desde el inicio, a través del recurso a métodos anticonceptivos que impidan la fecundación de un óvulo. Otras veces se la excluye con métodos que no impiden la concepción, pero que conllevan la muerte del embrión antes de implantarse en el útero (métodos antigestativos o antianidatorios, como la espiral en su alteración del útero, la “píldora del día después”, y algunos efectos de píldoras que son también anticonceptivas), o incluso después de la implantación (como hace la RU486). En muchos casos se excluye esta vida con el aborto quirúrgico, una decisión que pesa especialmente sobre la mujer, la cual se siente presionada a decidir (a veces contra su voluntad) acerca del recurso al aborto, con las consecuencias clínicas y psicológicas que ello implica.Si ponemos juntos los dos datos, podemos establecer un interesante camino educativo para los adolescentes. En primer lugar, hay que ayudarles a descubrir la propia riqueza sexual como un don precioso, una riqueza, una potencialidad. Gracias a ella nacemos todos los hombres y mujeres de este planeta. Gracias a ella un hombre y una mujer pueden colaborar al inicio de cada nueva vida humana. Desde este punto de vista, no es correcto pensar en la propia fecundidad como un peligro o, incluso, como una “enfermedad” que puede ser curada con anticonceptivos o, de un modo radical, con la esterilización (la cual es una mutilación que empobrece enormemente a las personas).A la vez, hay que ayudar a los jóvenes a descubrir lo incorrecto que es “jugar al sexo”. Las relaciones sexuales entre un hombre y una mujer implican una serie de actos que se orientan, si las circunstancias son favorables, al inicio de una nueva vida. El sexo se dirige espontáneamente a ese fin. Desde luego, puede ser adulterado, falseado, incluso destruido. Pero también puede ser aceptado con toda su riqueza, lo cual es posible sólo si se vive dentro de una serie de condiciones humanas y psicológicas que resultan necesarias para asumir y sostener una posible nueva vida que inicie a partir de las relaciones sexuales.Culturas y pueblos del pasado y del presente (aunque no aparecen siempre en los medios de comunicación) aprobaban y aprueban sólo una relación sexual plena dentro de un compromiso estable y maduro como el que se da en el matrimonio. Las condenas del adulterio, del incesto, de la violación, de la fornicación, del autoerotismo (masturbación), se explican precisamente en esta perspectiva: la sexualidad no es un juego, ni puede ser vivida de modo maduro y responsable sin la apertura a la vida y sin un compromiso de amor que humanice y ensalce la unión profunda (física y espiritual) que corresponde a cada relación sexual plena.Muchas campañas que promueven el “sexo seguro” o que dicen defender los “derechos sexuales” o los “derechos reproductivos”, desconocen estas verdades en cuanto que consideran la actividad sexual como si fuese algo desligado de un horizonte de amor y de compromiso. El “embarazo” o, mejor, el inicio de una nueva vida, no es visto como algo maravilloso, como la expresión plena de un amor, sino como un peligro, casi como una enfermedad, sobre todo si quienes tienen relaciones sexuales buscan un encuentro íntimo separado de cualquier sombra de fecundidad. Promover los anticonceptivos como un medio seguro para evitar el embarazo no es sino promover un uso banalizado y empobrecido de la sexualidad, un uso que puede fijar actitudes y modos de ver al hombre o a la mujer sin la seriedad y la riqueza que nacen del respeto profundo y sereno de la fecundidad humana.Igualmente, el recurso al aborto como “solución” ante un embarazo no deseado se presenta como algo sumamente injusto, precisamente porque se elimina una vida humana que ha iniciado en el seno de su madre. El aborto no es un método anticonceptivo (ya hubo concepción). La mentalidad anticonceptiva facilita la difusión del aborto porque promueve un uso de la sexualidad que excluye el “peligro” del hijo. Si el método ha fallado, si se ha vivido el sexo sin la apertura a la vida, es fácil que la pareja, o uno de los dos (él o ella) se sienta incómodo ante un hijo no previsto pero previsible: las leyes de la naturaleza que fundan el placer sexual también explican el origen de cada nueva vida humana.La solución profunda a los embarazos no deseados radica, por lo tanto, en el conocimiento profundo de la biología y de la antropología. Pero no puede quedarse sólo allí. Descubrir que uno es fecundo, descubrir que cada vida humana inicia gracias a esa fecundidad, son datos que deben integrarse en una visión profunda de lo que significa ser hombre y ser mujer, en lo que significa el amor que se establece entre ambos y en lo que significa el respeto y la responsabilidad que debe reinar entre dos personas que se aman. Tal respeto y tan responsabilidad se viven, antes del matrimonio, con formas de cariño y de afecto que excluyen las relaciones sexuales plenas; y, en el matrimonio, en esas mismas formas de cariño y de afecto con la inclusión, siempre en un ámbito de diálogo responsable, de relaciones sexuales que respeten en su integridad a los esposos y que dejen abierta la puerta para que se inicie una nueva aventura humana: la de un hijo que puede nacer entre dos padres que se quieren.
ESTUdiO DE La SeXualiDaD

Estudio de la sexualidad
La historia de la sexualidad, a pesar de impregnar todos los aspectos de la vida física y psíquica del ser humano, no ha sido materia de estudio hasta mediados del siglo XIX. Además el acercamiento de los estudiosos y eruditos negaba todo concepto de placer sexual y fisiología, centrando el interés en lo puramente patológico. Estudiando las enfermedades y desviciones (trastornos sexuales).
Esta negación del sexo en positivo (tanto a nivel científico como religioso), provocó un dualismo social, en el que las personas mantenían una doble moralidad, existiendo dos realidades sexuales: la teórica y la práctica.
Sigmund Freud
Uno de los más importantes personajes que promovió un cambio, dejando a un lado la represión sexual de su tiempo fue Sigmund Freud (1856-1939), que atribuyó a la sexualidad un factor determinante en las conductas del hombre, de tal forma, que para Freud, la represión sexual podía desencadenar trastornos en la persona.
Havelock Ellis
Publicó una serie de 6 volúmenes, "Estudios sobre la psicología del sexo", que le valieron la consideración de "reformador social". Ellis fue un médico y psicólogo sexual, que avaló con sus libros y sus estudios basados en la observación (no seguía el método científico), afirmaciones escandalosas para su época: cómo que la homosexualidad no era una enfermedad, ni una inmoralidad o un crimen; que la masturbación no es mala y que es frecuente tanto en hombres como en mujeres, que la falta de apetito sexual en las mujeres "decentes" era un mito, o que no debería haber leyes en contra de los anticonceptivos.
Alfred Kinsey
Entre los pioneros del estudio sobre la sexualidad encontramos a Alfred Kinsey (1894-1956) y sus colaboradores, juntos redactaron el informe Kinsey, basados en una investigación en la que participaron más de 12.000 personas. Este estudio constituyó la base de publicación de dos libros clásicos: Conducta sexual en el hombre (1948) y Conducta sexual en la mujer (1953).
Masters y Johnson
El matrimonio de investigadores Masters y Johnson, publicaron en 1966 el libro Respuesta Sexual Humana basados en la observación de parejas sometidas a procesos de excitación sexual.
Informe Hunt
El informe Hunt en 1974 trató de actualizar los datos registrados en el estudio de Kinsey, aportando un muestreo más objetivo y representativo de la sociedad americana.
Shere Hite
La doctora Shere Hite levantó una gran polémica con sus estudios, dos investigaciones sobre sexología: Informe Hite sobre la sexualidad femenina (1976) y el Informe Hite sobre la sexualidad masculina (1981).
Estudios en España
En España cabe destacar algunas encuestas y estudios sobre la sexualidad humana y el comportamiento sexual:
Carlos Malo y colaboradores
Realizaron en 1988 un estudio titulado "La conducta sexual de los españoles" que más tarde publicarían y que es un referente en este tipo de estudios sobre conducta sexual en España. Más adelante en 1992, Malo publica otro libro similar en el que resume las ideas extraídas de su anterior publicación: "Los españoles y la sexualidad". El informe Malo, es por tanto, la investigación más completa que tenemos hoy día para conocer cuál es el comportamiento sexual de las parejas en España.
La historia de la sexualidad, a pesar de impregnar todos los aspectos de la vida física y psíquica del ser humano, no ha sido materia de estudio hasta mediados del siglo XIX. Además el acercamiento de los estudiosos y eruditos negaba todo concepto de placer sexual y fisiología, centrando el interés en lo puramente patológico. Estudiando las enfermedades y desviciones (trastornos sexuales).
Esta negación del sexo en positivo (tanto a nivel científico como religioso), provocó un dualismo social, en el que las personas mantenían una doble moralidad, existiendo dos realidades sexuales: la teórica y la práctica.
Sigmund Freud
Uno de los más importantes personajes que promovió un cambio, dejando a un lado la represión sexual de su tiempo fue Sigmund Freud (1856-1939), que atribuyó a la sexualidad un factor determinante en las conductas del hombre, de tal forma, que para Freud, la represión sexual podía desencadenar trastornos en la persona.
Havelock Ellis
Publicó una serie de 6 volúmenes, "Estudios sobre la psicología del sexo", que le valieron la consideración de "reformador social". Ellis fue un médico y psicólogo sexual, que avaló con sus libros y sus estudios basados en la observación (no seguía el método científico), afirmaciones escandalosas para su época: cómo que la homosexualidad no era una enfermedad, ni una inmoralidad o un crimen; que la masturbación no es mala y que es frecuente tanto en hombres como en mujeres, que la falta de apetito sexual en las mujeres "decentes" era un mito, o que no debería haber leyes en contra de los anticonceptivos.
Alfred Kinsey
Entre los pioneros del estudio sobre la sexualidad encontramos a Alfred Kinsey (1894-1956) y sus colaboradores, juntos redactaron el informe Kinsey, basados en una investigación en la que participaron más de 12.000 personas. Este estudio constituyó la base de publicación de dos libros clásicos: Conducta sexual en el hombre (1948) y Conducta sexual en la mujer (1953).
Masters y Johnson
El matrimonio de investigadores Masters y Johnson, publicaron en 1966 el libro Respuesta Sexual Humana basados en la observación de parejas sometidas a procesos de excitación sexual.
Informe Hunt
El informe Hunt en 1974 trató de actualizar los datos registrados en el estudio de Kinsey, aportando un muestreo más objetivo y representativo de la sociedad americana.
Shere Hite
La doctora Shere Hite levantó una gran polémica con sus estudios, dos investigaciones sobre sexología: Informe Hite sobre la sexualidad femenina (1976) y el Informe Hite sobre la sexualidad masculina (1981).
Estudios en España
En España cabe destacar algunas encuestas y estudios sobre la sexualidad humana y el comportamiento sexual:
Carlos Malo y colaboradores
Realizaron en 1988 un estudio titulado "La conducta sexual de los españoles" que más tarde publicarían y que es un referente en este tipo de estudios sobre conducta sexual en España. Más adelante en 1992, Malo publica otro libro similar en el que resume las ideas extraídas de su anterior publicación: "Los españoles y la sexualidad". El informe Malo, es por tanto, la investigación más completa que tenemos hoy día para conocer cuál es el comportamiento sexual de las parejas en España.
DIMENCIONES DE LA SEXULIDAD

la sexualidad engloba tres dimensiones básicas del ser humano de forma decisiva en su desarrollo: biológica, psicológica y social. Y a pesar de que vamos a desarrollarlas brevemente, no debemos olvidar que el ser humano es una unidad holística e indivisible, de modo que estas tres dimensiones están íntimamente relacionadas y condicionadas unas por otras, por lo que no podemos separar el cuerpo físico de la mente, de las creencias o de la educación recibida. Sin embargo vamos a abordarlas una por una para facilitar nuestro estudio de la sexualidad:
Dimensión biológica de la sexualidad
La dimensión biológia de la sexualidad en el ser humano, provee del sustrato anatómico fisiológico sobre el que se desarrollarán los distintos matices de la sexualidad de la persona.
La dimensión biológica es crucial en distintos ámbitos de la vida sexual, como son: la procreación, el deseo sexual, la respuesta sexual, etc. Todos ellos están influenciados por la anatomía sexual. Así mismo la alteración física o fisiológica (del funcionamiento), puede acarrear distintos trastornos sexuales o enfermedades, que afecten a la vida sexual de la persona.
En este apartado incluimos factores como:
Sistema genético
La carga cromosómica del genoma humano "XX" "XY", que se define en la fecundación, es uno de los factores determinantes en la dimensión biológica del sexo de la persona.
Sistema hormonal
El sistema endocrino, gracias a las glándulas endocrinas es el encargado de mantener los niveles de hormonas necesarios para el correcto funcionamiento de nuestro organismo.
Concretamente las hormonas más directamente implicadas en la sexualidad humana son: la testosterona, la progesterona, los estrógenos.
Estos tres tipos de hormonas están presentes tanto en las mujeres como en los hombres, auque en diferentes cantidades y proporciones, de modo que los hombres poseen principalmente testosterona (por eso se conoce como hormona masculina) y una pequeña cantidad de estrógenos y progesterona, al contrario las mujeres segregan en su mayoría estrógenos y progesterona (por eso se conocen como hormonas femeninas) y sólo una pequeña cantidad de testosterona.
Los niveles de hormonas sexuales también varían de una persona a otra y dependiendo de los momentos de la vida.
Estructura anatómico-fisiológica
La anatomía física del hombre y la mujer determinan aspectos de la relación sexual, respuesta sexual, excitación, procreación, etc
En este apartado se contemplan tanto la anatomia y fisiología de los genitales masculinos y femeninos, así como los carácteres sexuales secundarios.
Dimensión psicológica de la sexualidad
La psique (mente) humana juega un papel fundamental en nuestro modo de vivir y sentir nuestra sexualidad. Nuestras forma de percibir la belleza, nuestras ideas sobre lo que está bien o mal en cuanto al sexo, nuestra personalidad, nuestras convicciones, el temperamento de cada persona, son factores decisivos en nuestras relaciones sexuales. Nuestra propia identidad sexual, nuestra orientación sexual, depende en gran manera de nuestro modo de vernos y entendernos psicológicamente en relación a lo sexual.
Dimensión social de la sexualidad
La dimensión social, engloba el papel fundamental que ejerce la familia, los amigos, la educación recibida en el colegio, la religión , etc, sobre la sexualidad.
Las distintas sociedades poseen modelos distintos de entender y vivir la sexualidad. Es por ello que existen grandes mitos sobre la calidez erótica de los latinos, la represión sexual de los paises árabes, etc. Cómo ya apuntábamos en la definición, la sexualidad engloba tres dimensiones básicas del ser humano de forma decisiva en su desarrollo: biológica, psicológica y social. Y a pesar de que vamos a desarrollarlas brevemente, no debemos olvidar que el ser humano es una unidad holística e indivisible, de modo que estas tres dimensiones están íntimamente relacionadas y condicionadas unas por otras, por lo que no podemos separar el cuerpo físico de la mente, de las creencias o de la educación recibida. Sin embargo vamos a abordarlas una por una para facilitar nuestro estudio de la sexualidad:
Dimensión biológica de la sexualidad
La dimensión biológia de la sexualidad en el ser humano, provee del sustrato anatómico fisiológico sobre el que se desarrollarán los distintos matices de la sexualidad de la persona.
La dimensión biológica es crucial en distintos ámbitos de la vida sexual, como son: la procreación, el deseo sexual, la respuesta sexual, etc. Todos ellos están influenciados por la anatomía sexual. Así mismo la alteración física o fisiológica (del funcionamiento), puede acarrear distintos trastornos sexuales o enfermedades, que afecten a la vida sexual de la persona.
En este apartado incluimos factores como:
Sistema genético
La carga cromosómica del genoma humano "XX" "XY", que se define en la fecundación, es uno de los factores determinantes en la dimensión biológica del sexo de la persona.
Sistema hormonal
El sistema endocrino, gracias a las glándulas endocrinas es el encargado de mantener los niveles de hormonas necesarios para el correcto funcionamiento de nuestro organismo.
Concretamente las hormonas más directamente implicadas en la sexualidad humana son: la testosterona, la progesterona, los estrógenos.
Estos tres tipos de hormonas están presentes tanto en las mujeres como en los hombres, auque en diferentes cantidades y proporciones, de modo que los hombres poseen principalmente testosterona (por eso se conoce como hormona masculina) y una pequeña cantidad de estrógenos y progesterona, al contrario las mujeres segregan en su mayoría estrógenos y progesterona (por eso se conocen como hormonas femeninas) y sólo una pequeña cantidad de testosterona.
Los niveles de hormonas sexuales también varían de una persona a otra y dependiendo de los momentos de la vida.
Estructura anatómico-fisiológica
La anatomía física del hombre y la mujer determinan aspectos de la relación sexual, respuesta sexual, excitación, procreación, etc
En este apartado se contemplan tanto la anatomia y fisiología de los genitales masculinos y femeninos, así como los carácteres sexuales secundarios.
Dimensión psicológica de la sexualidad
La psique (mente) humana juega un papel fundamental en nuestro modo de vivir y sentir nuestra sexualidad. Nuestras forma de percibir la belleza, nuestras ideas sobre lo que está bien o mal en cuanto al sexo, nuestra personalidad, nuestras convicciones, el temperamento de cada persona, son factores decisivos en nuestras relaciones sexuales. Nuestra propia identidad sexual, nuestra orientación sexual, depende en gran manera de nuestro modo de vernos y entendernos psicológicamente en relación a lo sexual.
Dimensión social de la sexualidad
La dimensión social, engloba el papel fundamental que ejerce la familia, los amigos, la educación recibida en el colegio, la religión , etc, sobre la sexualidad.
Las distintas sociedades poseen modelos distintos de entender y vivir la sexualidad. Es por ello que existen grandes mitos sobre la calidez erótica de los latinos, la represión sexual de los paises árabes, etc.
Dimensión biológica de la sexualidad
La dimensión biológia de la sexualidad en el ser humano, provee del sustrato anatómico fisiológico sobre el que se desarrollarán los distintos matices de la sexualidad de la persona.
La dimensión biológica es crucial en distintos ámbitos de la vida sexual, como son: la procreación, el deseo sexual, la respuesta sexual, etc. Todos ellos están influenciados por la anatomía sexual. Así mismo la alteración física o fisiológica (del funcionamiento), puede acarrear distintos trastornos sexuales o enfermedades, que afecten a la vida sexual de la persona.
En este apartado incluimos factores como:
Sistema genético
La carga cromosómica del genoma humano "XX" "XY", que se define en la fecundación, es uno de los factores determinantes en la dimensión biológica del sexo de la persona.
Sistema hormonal
El sistema endocrino, gracias a las glándulas endocrinas es el encargado de mantener los niveles de hormonas necesarios para el correcto funcionamiento de nuestro organismo.
Concretamente las hormonas más directamente implicadas en la sexualidad humana son: la testosterona, la progesterona, los estrógenos.
Estos tres tipos de hormonas están presentes tanto en las mujeres como en los hombres, auque en diferentes cantidades y proporciones, de modo que los hombres poseen principalmente testosterona (por eso se conoce como hormona masculina) y una pequeña cantidad de estrógenos y progesterona, al contrario las mujeres segregan en su mayoría estrógenos y progesterona (por eso se conocen como hormonas femeninas) y sólo una pequeña cantidad de testosterona.
Los niveles de hormonas sexuales también varían de una persona a otra y dependiendo de los momentos de la vida.
Estructura anatómico-fisiológica
La anatomía física del hombre y la mujer determinan aspectos de la relación sexual, respuesta sexual, excitación, procreación, etc
En este apartado se contemplan tanto la anatomia y fisiología de los genitales masculinos y femeninos, así como los carácteres sexuales secundarios.
Dimensión psicológica de la sexualidad
La psique (mente) humana juega un papel fundamental en nuestro modo de vivir y sentir nuestra sexualidad. Nuestras forma de percibir la belleza, nuestras ideas sobre lo que está bien o mal en cuanto al sexo, nuestra personalidad, nuestras convicciones, el temperamento de cada persona, son factores decisivos en nuestras relaciones sexuales. Nuestra propia identidad sexual, nuestra orientación sexual, depende en gran manera de nuestro modo de vernos y entendernos psicológicamente en relación a lo sexual.
Dimensión social de la sexualidad
La dimensión social, engloba el papel fundamental que ejerce la familia, los amigos, la educación recibida en el colegio, la religión , etc, sobre la sexualidad.
Las distintas sociedades poseen modelos distintos de entender y vivir la sexualidad. Es por ello que existen grandes mitos sobre la calidez erótica de los latinos, la represión sexual de los paises árabes, etc. Cómo ya apuntábamos en la definición, la sexualidad engloba tres dimensiones básicas del ser humano de forma decisiva en su desarrollo: biológica, psicológica y social. Y a pesar de que vamos a desarrollarlas brevemente, no debemos olvidar que el ser humano es una unidad holística e indivisible, de modo que estas tres dimensiones están íntimamente relacionadas y condicionadas unas por otras, por lo que no podemos separar el cuerpo físico de la mente, de las creencias o de la educación recibida. Sin embargo vamos a abordarlas una por una para facilitar nuestro estudio de la sexualidad:
Dimensión biológica de la sexualidad
La dimensión biológia de la sexualidad en el ser humano, provee del sustrato anatómico fisiológico sobre el que se desarrollarán los distintos matices de la sexualidad de la persona.
La dimensión biológica es crucial en distintos ámbitos de la vida sexual, como son: la procreación, el deseo sexual, la respuesta sexual, etc. Todos ellos están influenciados por la anatomía sexual. Así mismo la alteración física o fisiológica (del funcionamiento), puede acarrear distintos trastornos sexuales o enfermedades, que afecten a la vida sexual de la persona.
En este apartado incluimos factores como:
Sistema genético
La carga cromosómica del genoma humano "XX" "XY", que se define en la fecundación, es uno de los factores determinantes en la dimensión biológica del sexo de la persona.
Sistema hormonal
El sistema endocrino, gracias a las glándulas endocrinas es el encargado de mantener los niveles de hormonas necesarios para el correcto funcionamiento de nuestro organismo.
Concretamente las hormonas más directamente implicadas en la sexualidad humana son: la testosterona, la progesterona, los estrógenos.
Estos tres tipos de hormonas están presentes tanto en las mujeres como en los hombres, auque en diferentes cantidades y proporciones, de modo que los hombres poseen principalmente testosterona (por eso se conoce como hormona masculina) y una pequeña cantidad de estrógenos y progesterona, al contrario las mujeres segregan en su mayoría estrógenos y progesterona (por eso se conocen como hormonas femeninas) y sólo una pequeña cantidad de testosterona.
Los niveles de hormonas sexuales también varían de una persona a otra y dependiendo de los momentos de la vida.
Estructura anatómico-fisiológica
La anatomía física del hombre y la mujer determinan aspectos de la relación sexual, respuesta sexual, excitación, procreación, etc
En este apartado se contemplan tanto la anatomia y fisiología de los genitales masculinos y femeninos, así como los carácteres sexuales secundarios.
Dimensión psicológica de la sexualidad
La psique (mente) humana juega un papel fundamental en nuestro modo de vivir y sentir nuestra sexualidad. Nuestras forma de percibir la belleza, nuestras ideas sobre lo que está bien o mal en cuanto al sexo, nuestra personalidad, nuestras convicciones, el temperamento de cada persona, son factores decisivos en nuestras relaciones sexuales. Nuestra propia identidad sexual, nuestra orientación sexual, depende en gran manera de nuestro modo de vernos y entendernos psicológicamente en relación a lo sexual.
Dimensión social de la sexualidad
La dimensión social, engloba el papel fundamental que ejerce la familia, los amigos, la educación recibida en el colegio, la religión , etc, sobre la sexualidad.
Las distintas sociedades poseen modelos distintos de entender y vivir la sexualidad. Es por ello que existen grandes mitos sobre la calidez erótica de los latinos, la represión sexual de los paises árabes, etc.
ELEMENTOS DE LA SEXULIDAD

El impulso sexual
El impulso sexual que va dirigido tanto al placer sexual inmediato, como a la procreación.
Identidad sexual y orientación sexual
La identidad sexual y orientación sexual se entienden como tendencias sexuales en cuanto a aspectos de la relación psicológica con el propio cuerpo (sentirse hombre, mujer o ambos a la vez) y en cuanto a atracción sexual hacia un sexo, otro o ambos (heterosexualidad, homosexualidad o bisexualidad).
Relaciones sociales
En la vida diaria, la sexualidad cumple un papel muy importante, ya que, desde el punto de vista emocional, afectivo y social, va mucho más allá de la finalidad reproductiva y compromete la vida de pareja, de familia, y los lazos afectivos interpersonales.
Ademas, la sexualidad juega un papel muy importante en la vida de la gente, ya que si no se vive una sexualidad plena, o no se esta satisfecho con ella; simplemente la persona no puede ser del todo feliz.
El impulso sexual que va dirigido tanto al placer sexual inmediato, como a la procreación.
Identidad sexual y orientación sexual
La identidad sexual y orientación sexual se entienden como tendencias sexuales en cuanto a aspectos de la relación psicológica con el propio cuerpo (sentirse hombre, mujer o ambos a la vez) y en cuanto a atracción sexual hacia un sexo, otro o ambos (heterosexualidad, homosexualidad o bisexualidad).
Relaciones sociales
En la vida diaria, la sexualidad cumple un papel muy importante, ya que, desde el punto de vista emocional, afectivo y social, va mucho más allá de la finalidad reproductiva y compromete la vida de pareja, de familia, y los lazos afectivos interpersonales.
Ademas, la sexualidad juega un papel muy importante en la vida de la gente, ya que si no se vive una sexualidad plena, o no se esta satisfecho con ella; simplemente la persona no puede ser del todo feliz.
DEFINICION DE SEXULIDAD

La sexualidad es un universo complejo en el cual intervienen aspectos tanto biológicos, como psicológicos y sociales.
La sexualidad engloba una serie de condiciones culturales, sociales, anatómicas, fisiológicas, emocionales, afectivas y de conducta, relacionadas con el sexo que caracterizan de manera decisiva al ser humano en todas las fases de su desarrollo.
La sexualidad engloba una serie de condiciones culturales, sociales, anatómicas, fisiológicas, emocionales, afectivas y de conducta, relacionadas con el sexo que caracterizan de manera decisiva al ser humano en todas las fases de su desarrollo.
a sexualidad hace referencia a un concepto multiforme, extenso, profundo y variadísimo de elementos que todos unidos forman el concepto de sexualidad como un todo.
La sexualidad es vivida y entendida de modos diversos en a lo largo y ancho de la geografia mundial atendiendo a las diferentes culturas, ideales, modelos de sociedad y de educación
la sexualidad es un concepto dinámico que ha ido evolucionando de la mano de la Historia del ser humano.
No podemos encajonar la sexualidad como algo estático y predecible, sino como un todo que envuelve la vida del hombre, que evoluciona a lo largo de la historia, y no sólo de la Historia en mayúsculas, sino también en la historia personal de cada individuo. La sexualidad nos acompaña desde que nacemos hasta que morimos, y va moldeándose al ritmo de nuestras experiencias de vida, poniendo su sello en todo lo que vemos, entendemos, sentimos y vivimos.
No podemos encajonar la sexualidad como algo estático y predecible, sino como un todo que envuelve la vida del hombre, que evoluciona a lo largo de la historia, y no sólo de la Historia en mayúsculas, sino también en la historia personal de cada individuo. La sexualidad nos acompaña desde que nacemos hasta que morimos, y va moldeándose al ritmo de nuestras experiencias de vida, poniendo su sello en todo lo que vemos, entendemos, sentimos y vivimos.
SEXUALIDAD
SUMARIO:
1.1: DEFINICION
1.2:ELEMENTOS DE LA SEXUALIDAD
1.3: DIMENCIONES DE LA SEXUALIDAD
1.4: ESTUDIO DE LA SEXULIDAD
1.5: EMBARAZOS NO DECEADOS
1.1: DEFINICION
1.2:ELEMENTOS DE LA SEXUALIDAD
1.3: DIMENCIONES DE LA SEXUALIDAD
1.4: ESTUDIO DE LA SEXULIDAD
1.5: EMBARAZOS NO DECEADOS
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